Llegar a Mogador الصويرة

Mogador no es sólo un sitio en la imaginación del escritor mexicano Alberto Ruy Sánchez. Mogador es una ciudad verdadera en la costa atlántica de Marruecos, llamada Essaouira, que en en árabe se escribe الصويرة.
El nombre de Mogador se lo dieron los marinos portugueses medievales. Aunque es un importante centro turístico, conserva un sabor muy auténtico, con su muralla rojiza bañada por el Atlántico, un mercado de pescado extraordinario, las joyerías que parecen sacadas de las Mil y una noches y un sinfín de tiendas encerradas entre los muros blancos de la medina.
Llegar a Essaouira para mí fue no querer irme. A diferencia de las ciudades europeas, que son bellas en sí mismas, pero a la vez demasiado limpias y pefectas para parecer totalmente reales, Essaouira es tan real como sus miles de gatos y gaviotas alimentados con los restos de la pesca, como sus mendigos, traficantes de drogas, niños de la calle y oscuros locales de té.
Nosotros nos quedamos en un hotelito barato, llamado Agadir o algo así, donde por 100 dirhams (unos 130 pesos) tuvimos un cuarto blanquísimo con un armario viejo que olía a humedad y una ventana a una de las dos calles principales de la medina (la parte amurallada de la ciudad). El interior del hotel mismo era todo un sueño: con escaleras de mosaicos y las paredes parcialmente adornadas con diseños extravagantes; el resto, como muchos lugares en la ciudad, estaba simplemente pintado de un simple blanco que  hace que el resto de los colores luzcan mucho más brillantes, y que todo Mogador brille con una luz que sería el sueño de Van Gogh. De hecho nuestro cuarto mismo me recordaba un poco a la pintura de la habitación de Vicent en Arlés.

3 comentarios:

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Híjole, de entre todos los escritores a los que les puedo tener aversión, Alberto despunta gravemente... Y creo que ya es pura necedad, pero la sola idea de que sea su Mogador y no esa Essaoira real que me describes, libre de imágenes recargadas, me provoca una reticencia loca. Pero insisto: ha de ser necedad mía, porque Marruecos sí está en el plan de vuelo.
Otro día, cuando no se me estén derritiendo los ojos de cansancio, diré sobre tu ortografía en inglés.

Adriana del Moral dijo...

Mi estimado Julián Oliver (me ha salido el tiro por la culata, yo que generaba confusiones con el Adriana Isabel). Mi Essaouira (vale, hasta en español tengo faltas de ortografía, mismas que pasaré a corregir al rato, y espero tu comentario sobre el inglés)efectivamente fue mucho más hardcore que la de Ruy Sánchez, al menos que la de sus libros. No se si sea por algún talento mío especial para encontrar la mugre donde sea, o porque simplemente, el mundo viene en varios tonos, y en Mogador predominan los azules y no los rosados. Por otro lado, queda el asunto de lo políticamente correcto. Seguro sabes que el rey de Marruecos ha condecorado o algo semejante a Ruy Sánchez por su obra sobre Mogador, cosa que seguramente no me pasaría a mí con mis mendigos, traficantes y oscuros locales donde se escucha a Jim Morrison. Pero el asunto es largo. Me has inspirado un post que llevaba largo tiempo pensando. Lo subo en http://isabelarango.blogspot.com y te lo mando al mail. Gustazo leerte.

Liberto Brau dijo...

En Essaouira-Mogador... Liberto Brau, del clan literario de Pau Llanes (Arterapia Sentimental), les anuncia e invita a la inauguración de su blog “Amanece púrpura”. Se trata de una novela en proceso que el autor irá publicando capítulo a capítulo, semanalmente, si se cumplen sus expectativas tanto de lectores como de apoyos en sus comentarios. Para ello recomienda leer entre otros textos de introducción el “Acuerdo del autor con sus lectores”. Ojalá la lectura de este primer capítulo de “Amanece púrpura” les agrade lo suficiente como para motivar sus palabras y comentarios, sostener la espera de nuevas entregas mientras tanto y formar parte de su lista de blogs favoritos. Gracias por su atención y curiosidad, por su lectura, por sus palabras… Y disculpen esta entrada así de sopetón en sus casas; no quiero que crean que lo utilizo como un tablón de anuncios… Me tomé la libertad de hacerlo por la confianza y hasta cierto punto complicidad que me da habernos leído algún día (aun anónimos y silenciosos) y por la oportunidad que nos brindó Arterapia Sentimental para encontrarnos alguna vez en nuestra dispar vida de bloggers… Liberto Brau